Mourinho ejerció ayer una de las artes que maneja con maestría, la psicología. El mánager portugués sabe cuándo los conjuntos que dirige necesitan de sus charlas.
Reunió durante media hora a toda la plantilla en el vestuario de la Ciudad Deportiva de Valdebebas y fue muy claro con su mensaje: “Hay que estar unidos”.
Reunió durante media hora a toda la plantilla en el vestuario de la Ciudad Deportiva de Valdebebas y fue muy claro con su mensaje: “Hay que estar unidos”.
El discurso no fue una bronca ni mucho menos, sino todo lo contrario, fue una mirada reflexiva a todo lo que está pasando en estas semanas y a cómo deben afrontar el largo recorrido que les queda hasta el final.
Para nada fue una bronca, sino una charla constructiva
“En septiembre no se gana ni se pierde nada”, llegó a decir en la mañana de ayer a su plantilla. Además, sabe que no se le puede caer el equipo tan pronto y con todo lo que queda por delante este curso.
El mensaje caló entre sus jugadores, que agradecieron una charla constructiva sobre el devenir de todo el equipo en estos momentos de duda. El capitán de la plantilla, Iker Casillas, no tardó en hacer público su sentimiento tras el entrenamiento.
Si ganan tienen que ganar todos y si pierden, también es todo el grupo que cae derrotado. Por eso, que el míster rebajara su discurso ante los medios y la charla que les dio ayer han servido para apagar un poco el fuego que se había levantado en torno a ellos.
Están en el mismo barco, pelean por los mismos objetivos y saben que si cada uno hacer la guerra por su cuenta el único perjudicado va a ser club. Siguen creyendo en Mourinho y en sus métodos porque consideran que es el entrenador ideal para conseguir ganar títulos.
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