Jerko Leko tiene la conciencia tranquila. Aclara que el Dinamo de Zagreb no es un equipo violento, aunque reconoce la dureza de algunas acciones.
A su juicio, el colegiado del encuentro que le efrentó al Real Madrid intentó impartir justicia en todo momento y piensa que los jugadores blancos han exagerado sus quejas.
El jugador croata reconoce que pudo tocar a Cristiano, pero asegura que nunca con la intención de hacerle daño. Espera que el incidente se quede sólo en un golpe y que el madridista pueda jugar sin problemas el próximo partido de Liga ante el Levante.
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