viernes, 16 de septiembre de 2011

El Madrid de Mou no cae como visitante en Europa.


Mourinho ha fabricado un Madrid imbatible cuando ejerce de visitante en la Champions. De siete partidos a domicilio, ha ganado cuatro y empató los tres restantes. De esos cuatro triunfos, tres llegaron por la mínima (0-1). Fue en la primera salida de Mou, a Auxerre, en el partido de vuelta de cuartos en White Hart Lane y el pasado miércoles en Zagreb. La visita más holgada fue a Amsterdam, donde arrasó al Ajax por 0-4.
De los tres empates, uno fue esencial para el devenir del equipo en la pasada Champions. El 1-1 en Lyon en la ida de octavos ahuyentó las viejas pesadillas vividas con el equipo galo. El Madrid también arrancó un 2-2 en Milán tirando de casta (Pedro León empató en el 90') y firmó un más que digno 1-1 en la vuelta de semifinales contra el Barça en el Camp Nou en un partido marcado por el polémico 0-2 del Bernabéu.
Los datos reflejan el epicentro de la mejoría blanca: la solidez atrás. La disciplina defensiva de Mou sólo ha concedido cuatro goles fuera. Se da la circunstancia, además, de que de los siete partidos fuera, dos (Barça y Dinamo) fueron con el técnico sin posibilidad de dar instrucciones desde la banda al estar sancionado...
Mala racha. Mourinho ha saturado una herida, la debilidad a domicilio, que encalló al Madrid en octavos durante seis años seguidos. En 2003 cayó por 3-1 ante la Juventus, la edición siguiente sufrió mismo resultado en Mónaco, en 2005 perdió de nuevo en Turín (2-0), apenas un 0-0 en Highbury en 2006, en 2007 el verdugo fue el Bayern (2-1), la temporada siguiente perdió en Roma (2-1) y en 2009 fue goleado 4-0 en Anfield.
La última derrota europea lejos del Bernabéu fue el 16 de febrero de 2010 en Lyon. El Madrid perdió 1-0 y Xabi Alonso y Marcelo vieron una amarilla que les privó de jugar la vuelta en la que el equipo de Pellegrini naufragó con un 1-1 insuficiente.

Florentino tuvo a Suker como guía

Florentino Pérez tuvo un guía de excepción durante su estancia en Zagreb: Suker. El exmadridista acompañó al presidente blanco en la comida de directivas y se sentó justo detrás de él en el palco del estadio Maksimir. Los dos vistieron una bufanda conmemorativa con el nombre de los dos equipos.

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