lunes, 11 de julio de 2011

El cierre empuja a algunas estrellas norteamericanas al baloncesto europeo.

Deron Williams -figura de los Nets, reciente emblema de los Jazz y uno de los mejores cinco bases de la NBA- ficha por el Besiktas, y el propio equipo turco se plantea tentar a Kobe Bryant, que pretende organizar una gira de partidos de exhibición por China con una selección de los más grandes de la NBA. Dwyane Wade no descarta jugar en Europa, Kirilenko se ofrece al Real Madrid, y los hermanos Gasol y José Manuel Calderón se plantean sacar su billete de vuelta al Viejo Continente.
Amenaza de un año sin juga
Esa es la realidad surgida del cierre patronal de la NBA por la falta de acuerdo entre los jugadores y los dueños de las franquicias. Ahora que la crisis más aprieta a algunos países europeos, que muchos equipos pasan por graves problemas de liquidez, el lockout estadounidense está desatando unos movimientos en el mercado que pueden ayudar a relanzar este deporte. Algunos de los mejores jugadores del mundo, protegidos por los contratos multimillonarios de sus franquicias, meditan saltar el charco para hacerse humanos en ligas europeas antes de quedarse un año sin jugar.
Estrellas y estrellados
Hasta ahora, salvo escasas excepciones, Europa solo ha acogido grandes figuras de la NBA embaucadas por el sonido del dinero en el ocaso de sus carreras. Alguno marcó época: Bob McAdoo llegó a Italia con 35 años y llevó al Tracer de Milán a dos títulos europeos, Dominique Wilkins ganó la Copa de Europa con el Panathinaikos. Por España pasó George Gervin, Iceman, que a sus 38 años firmó unos excepcionales números con el Manresa.
Otros se dejaron en Europa buena parte de su prestigio. El último, Allen Iverson, que naufragó con el Besiktas. Antes, Ralph Sampson, que arrastró en Málaga sus problemas de rodilla, y Mark McNamara, quien pese a tener un anillo y jugar en los Lakers, firmó un mediocre paso por Murcia y Madrid.

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