Mourinho declara hoy en Nyon (Suiza) a primera hora de la mañana ante el Comité de Apelación de la UEFA por su expulsión en la ida de las semifinales de la pasada Champions y sus declaraciones posteriores.
Sus críticas hacia los árbitros, hacia el órgano europeo y hacia su máximo rival le reportaron cinco partidos de suspensión y una multa de 50.000 euros. El primero de los encuentros lo cumplió en la vuelta y el último queda sujeto a un periodo de observación durante los tres próximos años. El Madrid apeló y hoy su entrenador explicará en una vista oral ante el Comité las razones por las que el club considera la sanción "totalmente injusta". Habitualmente, al final de la sesión se le comunica al castigado la conclusión del Comité y posteriormente ésta se hace pública a la Prensa.
Detrás del desdén del entrenador por su obligada presencia en Nyon ("Lo que me interesa es volver a tiempo al entrenamiento de la tarde", dijo tras el amistoso del miércoles), se esconde el trabajo que ha realizado el club y el propio mánager para que su declaración tenga los elementos que permitan la anulación de la sanción.
Según Mourinho y el club, no hay ninguna razón para que se castigue al portugués porque las acusaciones vertidas por UEFA (al margen de la expulsión, básicamente se penaliza las declaraciones posteriores al partido) no están tipificadas. Desde el club se recuerda que Wenger discutió sobre el césped la decisión de Busacca de expulsar a Van Persie ante el Barça, le gritó al colegiado que "no había respetado" al Arsenal, se le abrió expediente y fue castigado con un solo encuentro.
Así pues, las explicaciones que dio la UEFA sobre la sanción, que llegaron el 6 de junio, no han convencido al Madrid, que considera que es desorbitada. "Es un ataque a la libertad de expresión", se dice desde el club. Mourinho, que ayer por la tarde viajó a Suiza, cree ciegamente que la UEFA va a por él desde hace años.
Ataque. Sus allegados ponen varios ejemplos: así, al Madrid se le castigó por forzar tarjetas cuando el supuesto delito tampoco estaba tipificado y no lo estará hasta esta temporada que está a punto de empezar. El enfado del preparador es considerable. Mourinho podría incluso recordar a la UEFA hechos que él considera demostrables (errores arbitrables de Ovrebo, De Bleeckere y Wolfgang Stark en semifinales de Champions) e insistirá que en ningún momento atentó contra el orden de la competición ni contra la UEFA.
Mourinho se pasa por las oficinas del club casi diariamente y despacha con sus responsables muy habitualmente, y ayer lo volvió a hacerlo para, entre otras cosas, conocer los detalles legales del proceso. Nadie en el Madrid confía en una revisión de la sanción, así que lo más probable es que, tras el viaje a Nyon, el Madrid acuda al TAS si es preciso para lograr el objetivo que buscan.
En todo caso, de algo ha servido este proceso: Mourinho siente que ha sido una prueba al nuevo organigrama del club que se ha sacado con nota (todos reman en la dirección que marca el portugués) y de paso se van a exponer las contradicciones de la UEFA, una institución que, según fuentes cercanas a Mourinho, "tienen una versión muy peculiar de lo que es la justicia".
Rudy Fernández aún no sabe si su deseo de jugar en los Dallas Mavericks, reciente campeón de la NBA, se hará realidad el próximo curso. El lockout mantiene en vilo a los jugadores, muchos de los cuales se están planteando viajar a Europa en busca de minutos, mientras la situación de la mejor liga de baloncesto del mundo se aclara. Rudy tiene una oferta del Real Madrid, pero el escolta aún no sabe si renunciar al campeón para volver a España. Nowitzki le espera en Dallas, pero el cierre de la patronal puede evitar el encuentro. En Chamartín se mantienen a la espera.
Sin la decisión de Rudy, el Real Madrid se mantiene en stand-by. El club de Florentino Pérez también desea un galáctico en su plantilla de baloncesto y el ex escolta de los Portland Blazers es el elegido. El conjunto blanco le ha ofrecido 3 millones de euros y 6 años de contrato, cifra que supera los 1,5 millones de Dallas, aunque le impide regresar a la NBA si el lockout se levanta definitivamente, y el acuerdo está cada día más cerca. La decisión es complicada, Rudy ya ha rechazado la oferta del Regal Barça, la competencia con la se encontraría en el club blaugrana la hacen poco atractiva, a pesar de que con ellos podría ganar títulos. Rudy quiere jugar el próximo europeo y por ello su obsesión es evitar un curso en blanco. La NBA por ahora se mantiene cerrada y a la espera de una solución, muchos jugadores, sobre todos europeos, buscan un nuevo camino. Rudy lo tiene más que marcado, pero sus ansias de triunfar en América le llenan de dudas. Quedarse en Madrid sería renunciar a Dallas, y siempre es complicado rechazar al campeón.
En los Mavericks al igual que en Chamartín, esperan al español con los brazos abiertos. “Nos hemos hecho con los servicios de un jugador que podría ser titular en el equipo”, dijo Donnie Nelson, presidente de los Mavericks, tras confirmarse el traspaso de Rudy en el draft. La NBA le brinda la oportunidad de triunfar tras su paso por Portland. Con el puesto de titular más que abierto, Rudy podría maravillar en un juego basado en la circulación del balón. Es una ocasión de lujo, pero el lockout podría acortar la pretemporada y reducir la adaptación de Rudy a su nuevo quinteto, hecho que le perjudicaría en favor de sus rivales: Beaubois, Jones y, si renuevan, Barea y Butler.