José Mourinho llevará hasta el final la guerra contra la UEFA con el único objetivo de que le quiten la sanción de cinco partidos que le impusieron el pasado 6 de mayo. Así las cosas, el portugués acudirá ante el TAS, a su juicio "un tribunal con características democráticas".
Mourinho y los servicios jurídicos del Real Madrid centrarán su recurso ante el TAS en dos puntos. El primero, que tanto el club blanco como el técnico consideran que la UEFA no dice el porqué de la sanción al entrenador madridista, ya que en ningún momento el organismo europeo especificó a la hora de anunciar la sanción el momento exacto en el que el luso infringe el reglamento.
El segundo punto al que se agarrará el entrenador portugués reside en que su castigo no está tipificado en el Reglamento General de la UEFA. Desde el Madrid se asegura que no hay ninguna página donde se recoja que esas palabras son una infracción grave y sí acusa al organismo que gobierna Platini de censurar la libertad de expresión del técnico blanco en rueda de prensa.
Fue la Comisión de Control y Disciplina de la UEFA la que determinó los cinco partidos de suspensión para el técnico portugués por sus declaraciones al término del encuentro de ida de las semifinales de la Champions, pero en el escrito que se hizo público el 6 de mayo no se señalaron qué palabras en concreto son las que se castigan. La UEFA se limitó a señalar que Mourinho tenía una sanción de cinco partidos y 50.000 euros.
El entrenador portugués centró la rueda de prensa posterior al 0-2 en el Bernabéu en una pregunta: "¿Por qué, por qué se ayuda al Barcelona?". Pero lo que enfadó verdaderamente a la UEFA fue que el seleccionador luso señalara a cuatro colegiados: "De Bleeckere, Ovrebo, Bussaca y Stark". Todos, en opinión de José Mourinho, tenían en común el haber favorecido al Barcelona en la Liga de Campeones.
El conjunto azulgrana también contribuyó a esta sanción denunciando al entrenador del Real Madrid ante la UEFA por manchar su honor, ya que Mourinho insinuó que Guardiola no había ganado ninguna Copa de Europa de manera "limpia". El Real Madrid se indignó ante esta decisión "sin precedentes" en la historia del fútbol europeo.
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